Cien años de la Escuela de Derecho y
Ciencias Políticas
por Virginia Arango Durling*
(Presentación de la Revista del Departamento de Ciencias Penales y Criminológicas No.9 virtual, al conmemorarse estos cien años de la carrera de Derecho en Panamá)
La Escuela de Derecho y Ciencias Políticas hace
cien años fue la" primera
institución oficial establecida en la República de Panamá para los estudios de
la ciencia jurídica" siendo su fundador espiritual el Doctor Ricardo J.
Alfaro, bajo la dirección del Dr.José Dolores
Moscote, rector del Instituto Nacional, la cual funcionó hasta 1930, y luego se
estableció la Escuela Libre de Derecho.
A partir de 1935, con la creación de la Universidad de Panamá, se incluye
la enseñanza del Derecho en la Facultad de Derecho, y hasta 1956 solo ofrecía cursos nocturnos, a diferencia de la
actualidad que cuenta con una oferta académica, diurna, vespertina y nocturna,
y ofrece estudios de
pregrado, maestrías y doctorado, y con ello la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la
Universidad de Panamá ha graduado numerosos profesionales del Derecho.
Desde otra
parte, al examinar la bibliografía sobre los estudios del Derecho en la
Universidad de Panamá notamos que la misma se reduce en primer término, a
trabajos de índole histórica ( Oscar Vargas Velarde), y escasamente podemos
hallar otros trabajos que profundicen en el ámbito de la enseñanza y
aprendizaje del Derecho, que a este respecto podemos mencionar a Humberto
Ricord, en Universidad y Enseñanza del Derecho (1971), de Carlos Muñoz Pope
(2004), Los Estudios jurídicos en Panamá: antecedentes, presente y futuro, de Aura Guerra de Villalaz, La enseñanza del
Derecho en Panamá, de Dulio Arroyo
Camacho, en Algunas reflexiones en torno a la Universidad.
Y en esta
materia consideramos que es necesario reflexionar, tomando en cuenta la calidad
y pertinencia de los estudios jurídicos que ofrece la Universidad de Panamá,
sin dejar de señalar, la problemática del aumento progresivo de egresados de
profesionales del derecho en Panamá.
No cabe duda,
como acertadamente expresa GUERRA DE VILLALAZ (2015) se han previsto requisitos básicos
para aspirar a la docencia universitaria, entre otros que se cuenten con
estudios de docencia superior, pero aún quedan pendientes otras tareas para
mejorar la enseñanza del Derecho en nuestro país, pues es imprescindible
afrontar otros retos.
También
cuestionaba MUÑOZ POPE, la falta de compromiso docente por parte de profesores
que no asisten a clases, regalan calificaciones, no preparan sus clases o nada
o casi nada enseñanza de la asignatura que tiene a su cargo, sin dejar de
mencionar el papel del estudiante que le interesa solo aprobar la asignatura
pidiendo favores o usando mecanismos fraudulentos.
Por su parte,
GUERRA DE VILLALAZ (2015) en fecha más reciente indica que con respecto a los
docentes se han previsto requisitos básicos para aspirar y participar
en un concurso de cátedra, pero aún quedan pendientes otras tareas para mejorar
la enseñanza del Derecho en nuestro país. En lo que respecta a la Facultad de
Derecho de la Universidad de Panamá, la “lección verbalista es la que ha perdurado, aunque se han
introducido variables en algunas asignaturas, afirmando que no es hasta las
postrimerías del siglo XX cuando la Facultad de Derecho adquiere equipos
electrónicos de proyección de filminas, televisivas y se ponen en práctica
métodos de investigación bibliográfica y de campo, como opciones en la
enseñanza del Derecho. En todo caso
sugiere que hay que afrontar nuevos retos, combatiendo la improvisación tanto
en la política académica curricular como en la exigencia de una evaluación objetiva
de la calidad de los recursos humanos, materiales y tecnológicos con los que se
cuenta.
Ahora bien, los
cuestionamientos que se hacen sobre la enseñanza y aprendizaje de los estudios
jurídicos en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de
Panamá, no se alejan de otras críticas que se han hecho referencia en el
extranjero, tal como advierte en Corrupción en la Universidad, Alfonso
Serrano Gómez, ex Catedrático de Derecho Penal y Criminología de la UNED de
España.
Y en el caso, de
nuestra facultad hay que tener presente que hay que seguir trabajando en
mejorar la calidad de enseñanza y aprendizaje, sobre todo cuando escuchamos por
los pasillos a los estudiantes quejarse de sus profesores, entre otros, de la
inasistencia a clases, que nada enseña
de la asignatura, no es totalmente ético, aunque tales quejas nunca llegan a
oídos de las autoridades universitarias.
En consecuencia, tales
cuestionamientos y otros es necesario prestarle atención. Una revisión,
actualización y transformación continua de los estudios jurídicos conviene
realizarla ya que nos enfrentamos a numerosos retos y es necesario adaptarse a las nuevas tendencias de la enseñanza y aprendizaje a nivel superior.
Hoy por hoy, se requiere de un docente con vocación, con ética profesional que
sea un buen ejemplo para sus estudiantes, un docente que enseñe y a la vez
investigue y que imparta las clases con una metodología que haga cautivar al
estudiante , mientras por el otro lado, urge también contar con un estudiante
seriamente comprometido con su formación
profesional, como advierte Illera Lobo, en su trabajo Relación de la
teoría y la práctica en la enseñanza del Derecho (2017).
.
¿Qué clase del profesional del derecho queremos? Es algo que toca a la
Universidad de Panamá decidirlo, desde nuestra realidad nacional. Ciertamente,
hay una tendencia global hacia la renovación del derecho a partir de la
Declaración Bolonia, y el Proyecto
Tunning para Europa y Latinoamérica, lo cual ha transformado la educación
universitaria en los países de la región.
Sin embargo,
el debate sobre la crisis de la enseñanza del derecho no es nada nuevo, y en general, se ha abordado
como una cuestión didáctica y de pertinencia social como advierten Benfield
Escobar y Contreras, sin ahondar en muchas ocasiones con los planes de estudio
de las carreras.
No obstante,
con el Plan Bolonia y las nuevas
tendencias que incluyen un nuevo enfoque de
competencias la instituciones
universitarias en muchos países no pueden estar ajenas a las demandas sociales ( MONTERO CURIEL) y con ello, se ha
perdido la autonomía universitaria pues ya no es la encargada de determinar
cuáles son los grandes rubros del conocimiento necesario para la sociedad y materializarlo
en los planes de estudio y de investigación"(Aboites,2010). Además de lo anterior, que el Plan Bolonia
trae consecuencias para el profesor, el estudiante universitario y la propia
universidad ya que como advierte GARCÍA
MANJÓN (2012) se evidencia una creciente convergencia en sentido de
descaracterizar el proceso de formación humana y la propia institución
universidad, sometiendo todo y a todos a un pragmatismo utilitario, en el que
el patrimonio del pasado y las proyecciones del futuro son sacrificadas en
nombre de un presente incensado en el altar del mercado".
En el caso de nuestra facultad, la licenciatura
se ha reducido de cinco a cuatro años, tal como sucedió en España con el
Plan Bolonia, en la que a propósito de ello habrá que reflexionar y
tomar en cuenta lo indicado por Alfonso Serrano Gómez que "acortar en un
año las carreras produce sin duda una debilitación de los conocimientos y los
estudiantes sufrirán esta carencia cuando empiecen a ejercer sus profesiones"
Antes de terminar, debemos agradecer a nuestros colaboradores asiduos, y a nuestros invitados especiales los profesores
Fabio Joffre Calasich, Universidad
Autónoma Gabriel René Moreno, de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia y Gustavo Arocena, Universidad Nacional de Córdoba, por sus interesantes
contribuciones en la última revista, a
la vez que instamos a otros a participar y seguir contribuyendo al Derecho
Penal y a la Criminología.
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